No se concibe una casa de cultura sin una actividad intensa durante todo el verano. A las carencias en ofertas de profesionales hay que responder procurando que los aficionados realicen actividades de impacto masivo, en los mejores espacios de la localidad, estén en la casa de cultura o en otra instalación. El aficionado, que no percibe ingresos monetarios por su actividad -en la que se implica para sentrise bien él mismo-necesita el máximo estímulo posible,en condiciones de trabajo y en aliento moral. Los talleres y la movilización de los instructores son una oferta que puede ser muy atractiva para vincular a la población a la apreciación artísitca. Uno de los problemas que tuvimos este verano fue que no se divulgaron adecuadamente los talleres

En el verano se hizo énfasis en potenciar el desarrollo de actividades en las comunidades, de forma tal que todos encontraran opciones cercanas al lugar de residencia o donde habitualmente se encuentran, eso debe lograrse, pero al propio tiempo, no se deben desaprovechar los espacios institucionales, por lo que hay que diseñar una estrategia que permita un balance adecuado entre las actividades de extensión cultural y las que se deben desarrollar en las instituciones, eso implica perfeccionar la programación y un mejor empleo de la fuerza técnica, en particular de instructores de arte y promotores culturales, y de los recursos de las direcciones municipales e instituciones culturales.